jueves, julio 06, 2006

Choux Pastry Heart

El disco está rotando desganado en el plato viejo de la habitación de al lado. Ruido de agua por los surcos. Un piano desnudo se hace compañía de una guitarra que sale a su paso.
Apoyado en mi ventana, el humo que mana de mis dedos se mezcla con la estela de un avión que sobrevuela lento la ciudad. El suave viento de fuera mece la cortina que a mi lado bailotea esponjosa y acompasada con la parte trasera de este pentagrama adormecido. Mientras, yo pienso otras vidas, en la escena de ventanas que delante de mis ojos reflejan luces distantes y blanquecinas. Vidas lejanas , desconocidas, que habitan bajo esas luces, junto a ellas, en su interior.


La cálida voz que me llega por la espalda , me fricciona levemente la piel, como aliento voluptuoso que desciende a este cuerpo desnudo, deslizándose sobre mi cabeza y alrededor de mi cuerpo como seda hasta los pies. Un semáforo de señales entrecortadas se acomoda a nuestro ritmo pausado, bajo la torre de luz que reina arriba, en el centro histórico.
Los tejados con sus parabólicas andan entonando su aburrida súplica. Sorbiendo hacia dentro. Bebiendo de la nada, para vomitar de sus entrañas imágenes vacías que vienen directas al habitáculo sin tragaluz del electrodoméstico rey. Allanando nuestra panorámica ocular. Violentando la oportunidad de otras escuchas posibles.

La voz de Corinne se vuelve tubular y por momentos almidona este paisaje quebrado y silencioso. Me voy llenando de una extraña sensualidad que se parece a la sensualidad que demuestra una llanura de ritmo cadencial, con su horizonte alejado, difuminado y confuso al fondo.
La palmera de mi izquierda refleja nocturnidad en forma de oscuras sombras que se bañan en las paredes verdes que me albergan, impulsadas por las velas de colores que parecen estar a punto de dormir un sueño profundo.
Salgo de mi, hacia el aire negruzco y pesado de la noche, vuelo entre árboles, casas y coches aparcados hasta el río. Me sumerjo en la húmeda basura que flota en su superficie. Emerjo de nuevo con fuerza y empapado, sigo la vertiente armónica de un piano hasta la cima de su timbre y sonoridad para adormilarme en ese contagioso estribillo de voz fracturada; sacudo mi somnolencia y vuelvo a casa. Llego por el balcón del patio interior y caigo en el sofá anestesiado por la sensacion, emulsionado y rendido ante esta voz.
No tengo ninguna duda. Esta es su gran canción.
"Choux Pastry Heart" pertenece al disco lanzado en Marzo por Corinne Bailey Rae, de título homónimo. Entre lo comercial y lo exquisito.
No os lo perdais.

1 Comments:

Blogger Portobello dijo...

Ya ayer quería dejar esta reseña para leer con deleite en el cafe de la mañana dominguera. Y ha sido todo un placer,junto al cafe solo que aún conservo de mi tierra. Como me gustan tus descripciones musicales. Peceirus for president!!
Besitos

11:33 a. m.  

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