viernes, octubre 06, 2006

John Frusciante - Part I

Paso un paño para quitar el polvo de casi tres días que se ve en el aparato de música cuando uno se pone a mirar su borde, agachado y con los ojos pegados a la llanura de su superficie que desde esta perspectiva se deja ver. Me paso unas cuantas veces el cd por el algodón de mi camiseta con el fin de quitar pequeñas manchas.
Cuando era mucho más joven, si me preguntaban qué quería ser de mayor contestaba cualquier cosa, mientras en el fondo pensaba que puestos a ser, me gustaría ser como John Frusciante. Y más que ser, a fin de cuentas, uno sabe que lo que realmente quería era, tocar la guitarra como él lo hacía entonces y hoy lo sigue haciendo.

Suena ya "Stadium Arcadium" por toda la habitación, y aunque este disco me está costando, pues parece que se mueva en las mismas coordenadas de algo ya trillado con anterioridad y por tanto con su capacidad para sorprender" tocada", siempre es un placer detenerme en cada momento nuevo que este fantástico guitarrista ofrece en cada uno de sus trabajos. Y es que Red Hot Chili Peppers, no serían lo mismo sin esa parte esencial de su sonido.
Y tuvieron la desgracia de experimentarlo, cuando en plena gira triunfal por todo el globo con su inolvidable "Blood Sugar Sex Magik" editado por R.H.Ch.P en 1991, John dejó colgada a la banda en Japón, paralizando la gira y sumiendo al grupo en una negra situación que ante su futuro se llenaba de interrogantes.
John se refugia en su casa de Los Angeles y se abandona a una espiral de autodestrucción por la adicción a la heroína. En uno de sus viajes, la colilla de un cigarro prende fuego a su vivienda y sufre graves quemaduras en sus brazos, que derriten sus tatuajes y los funden con la piel.
Hubo momentos en que se llegó a temer seriamente por su salud física y mental.
Mientras y para pagar los gastos que le ocasionaba esta adicción, graba en su casa dos discos, "Niandra LaDes and Usually Just a T-shirt" (1994) y "Smile from the streets you hold" (1997) , de pésima producción, en los que a pesar de su pobre sonido, aparecen por momentos rafagas de luz patrocinados por esta guitarra inconfundible que sobrevive hasta en las peores plazas.

Más perdidos que nunca antes hubieran estado por muchos momentos difíciles que hubieran vivido en tiempos previos a la llegada de John, como la pérdida de su primer guitarrista por sobredodis... la banda, dando palos de ciego contrata a un nuevo guitarra, y más tarde para la grabación de "One Hot Minute" (1995) a Dave Navarro, un virtuoso de las seis cuerdas por cierto, pero con el que el grupo no logra ajustarse del todo, perdiendo el justo equilibrio químico, y esto es broma, que en esos momentos solamente Frusciante les podía proporcionar.

...sigue abajo....